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No quiero detenerme mucho en la introducción, ya que, tengo escrito un post en el blog en el que hablo sobre cómo saber si tu hijo/a está sufriendo acoso escolar y cómo proceder. En este post en el  que hablo sobre la definición de acoso escolar, indicadores de que tu hijo/a sufre este tipo de acoso, qué hacer en caso de que tú hijo/a lo sufra, etc. Por ello, te recomiendo que primero leas este post y después este en el que hablo sobre las secuelas del acoso escolar.

No obstante, voy a incluir en este post una breve descripción de qué es el acoso escolar (definición que también incluyo en el otro post que te comentaba). Según el Protocolo de Actuación ante Situaciones de Acoso Escolar para hablar de acoso entre iguales tiene que haber:

Un comportamiento intencional que pretenda provocar daño en la víctima. Este comportamiento puede tomar la forma de un ataque físico o verbal, amenazas, difundir rumores o excluir a alguien de un grupo a propósito.

El/la niño/a no es capaz de defenderse por sí misma.

Tiene que haber una repetición de la agresión, es decir, se trata de un patrón continuo de acciones hostiles o abusivas dirigidas al niño/a que es el objetivo.

Además, otro aspecto a tener en cuenta es que suele haber una diferencia de poder, esto es, el acoso es realizado por alguien en una posición de poder, puede ser en forma de fuerza física o popularidad, y está dirigido a alguien que se percibe como menos poderoso.

Secuelas del acoso escolar:

  • Confusión.
  • Sentimientos de culpabilidad.
  • Irritabilidad.
  • Indefensión.
  • Baja autoestima.

Estos niños/as, debido al maltrato que han sufrido y el proceso acusatorio al que son sometidos, acaban creyendo que son inadecuados, torpes, estúpidos, repulsivos, que han obrado mal, que lo han hecho fatal, que no valen para nada, que se han equivocado, que han cometido graves fallos…
Pese a lo que mucha gente cree, los daños psicológicos suelen aparecer en las víctimas de manera lenta y paulatina, y no de forma inmediata. El tiempo que pasa una víctima de acoso escolar hasta generar daños psicológicos significativos depende de factores que tienen que ver con sus características individuales y sobre todo depende del apoyo que recibe de su entorno social y familiar. Cuanto más apoyo reciba más tardarán en percibirse esos síntomas.

Además, el hecho de que el acoso se repita a lo largo del tiempo y el hecho de que nadie pare o detenga el acoso produce que se desencadene en el/la niño/a  el aprendizaje de la indefensión. Lo que supone una gran cantidad de daños psicológicos y psicosomáticos.
Algunas de las secuelas del acoso escolar mantenido son:

  • Estrés postraumático
  • Trastornos de ansiedad
  • Depresión
  • Somatizaciones variadas. Cabe destacar que las somatizaciones son muy frecuentes (dolores de cabeza, de estómago, problemas en la piel…).

Un/a niño/a hasta entonces normal, feliz o brillante, pasa a ser una sombra de lo que fue anteriormente al acoso. 

El/la niño/a suele terminar aceptando una imagen negativa de sí mismo que afecta a su autoestima y que consiste básicamente en una tremenda modificación de su autoconcepto. De tal manera que si el acoso dura lo suficiente, efectivamente, el/la niño/ase acabara transformando en alguien retraído, un alumno torpe, un mal estudiante, una persona frágil y vulnerable.
Todo ello, le lleva a la introversión social que le aísla aun más de su entorno (ya reducido de por sí a consecuencia del acoso).

Esto muchas veces deriva en que el tutor o tutora nos informe de que el menor no se relaciona con otros niños. Cuando en realidad lo que está ocurriendo es que está sufriendo acoso escolar. Este proceso explica este retraimiento del niño/a (pueda decir que en ocasiones el/la niño/a no se relaciona por otros motivos que nada tienen que ver con el acoso escolar). Es de suma importancia que conozcamos este proceso, ya que, de esta forma podemos explicarlo a las personas del entorno del niño/a  (familia, profesorado…). Y por supuesto, al propio niño/a también.

Además, los cuadros de acoso escolar  pueden ocasionar problemas de atención y concentración que llevan a una disminución del rendimiento escolar.
Es muy importante que sepas que si tu hijo/a sufre acoso escolar, es muy importante que el posible daño a nivel psicológico se evalúe cuanto antes. Para ello, te recomiendo que acudas a un profesional de la psicología o coach educativo.

El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) infantil ante el acoso escolar:

Dedico un apartado especial a hablar sobre el TEPT infantil ante el acoso escolar debido a su importancia y debido al desconocimiento de su existencia. En primer lugar cabe destacar que el cuadro de Estrés Postraumático infantil es la secuela más habitual entre los niños/as que sufren acoso escolar.
La aparición de TEPT obedece a dos tipos de situaciones de acoso escolar que llevan a dos tipos de daños postraumáticos:

  1. TEPT de Tipo I (Estrés Postraumático tipo I): EL TEPT 1 puede aparecer a consecuencia de una situación puntual e intensa de violencia, intimidación o maltrato especialmente significativa para el niño/a, en cuyo caso hablamos de una aparición en forma aguda.
  2. TEPT de Tipo II (Estrés Postraumático tipo II): EL TEPT 2 puede aparecer como resultado de una acumulación de incidentes de violencia aparentemente anodinos o triviales pero que terminan dando lugar a que aparezcan en el niño este cuadro en forma cronificada.

La manifestación de los síntomas de TEPT no siempre ha de darse contingentemente, al mismo tiempo que la situación de agresión, pudiéndose desarrollar con posterioridad, meses o incluso años después. En estos casos se habla de una aparición demorada del síndrome.
El síndrome de estrés postraumático infantil hace que los niños/as desarrollen sensación de peligro difusa, inquietud, nerviosismo y un tipo de ansiedad recurrente e inespecífica con la sensación permanente de que algo terrible les va a ocurrir. Asimismo, provoca hipervigilancia (que cursa con desconfianza y suspicacia en las interacciones con los demás).
En definitiva, el niño está en alerta permanente. Los contactos más triviales o neutrales son vividos como amenazantes.

Problemas secundarios que no existían antes del acoso escolar:

  • Disminución del rendimiento escolar: Debido a los problemas de concentración, suele darse un menor rendimiento a nivel académico.
  • Aislamiento social: Los demás empiezan a percibirlo como alguien que no está bien, raro… y como consecuencia, acaban solos en clase, en el recreo…
  • Alteraciones conductuales: Como por ejemplo, reacciones de pánico, ataques de rabia, miedo a ir al colegio…
  • Agresividad con la familia: Como no pueden expresar su ira de forma adecuada hacia los agresores, en muchas ocasiones, acaban proyectando su frustración e indefensión en la familia.
  • Aumento de la conflictividad en el colegio con otros compañeros o profesores.
  • Aumento del absentismo escolar: Debido al miedo a ir al colegio y sufrir nuevas agresiones.

¿Y la recuperación? 

Los periodos de recuperación en los niños/as de acoso escolar son variables. Depende, en gran medida, de la ayuda psicológica, educativa  que reciban y del apoyo social y familiar que reciben.
Resultan decisivos en el pronóstico y en la evolución terapéutica del niño el tipo de acoso escolar padecido, su duración, sus modalidades y sobre todo el apoyo organizativo, social y familiar que recibe la víctima desde el principio. Evidentemente, cuanto más apoyo mejor y más rápida es la recuperación.

¿Y las secuelas a largo plazo?

A muchos/as  niños/as de acoso y violencia escolar, el concepto negativo de sí mismos y la baja autoestima les acompañaran de por vida en su adultez, haciendo de ellos presas indefensas, y por ello, más fáciles, de posteriores procesos de victimización en el ámbito laboral, domestico y social.
Al no haber salido nunca del todo de la espiral de la indefensión, quedan paralizados ante el acoso, el abuso o cualquier maltrato futuro.
En otros casos, los niños saldrán adelante mediante la formación reactiva, que significa adoptar patrones agresivos y violentos. Dicho d otro modo, han aprendido que la mejor manera de defenderse es el ataque preventivo.

 

Jorge Antonio Moreno Fernández

Coach AICM Nº 12809

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