El cannabis es una planta que crece en zonas tropicales y mide entre 2 y 3 metros de altura. Contiene una sustancia llamada delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), que es la sustancia activa.
Según la parte de la planta de donde se extraiga la droga, recibirá un nombre u otro: marihuana (de la parte florida y tierna y se toma fumada), hachís (resina recogida y comprimida, contiene más THC que la marihuana y se toma fumada) y aceite de hachís (si la resina se extrae con disolventes y concentrada en un líquido espeso y que contiene más del 50% de THC y con él se hacen pasteles).
Combina propiedades de los estimulantes y de los depresores. Las moléculas del cannabis son insolubles en agua y muy solubles en aceite, por lo que permanecen en el cuerpo largo tiempo porque se acumulan en las grasas.
Se suele tomar mezclado con tabaco rubio (con el negro no se nota tanto el sabor) y envuelto en papel de fumar. Es el llamado “porro”. Su efecto dura unas horas.
En los años sesenta, se convirtió en un símbolo del movimiento juvenil de los campos universitarios. Era la droga de los hippies.
El THC es un remedio usado para las náuseas y los vómitos en pacientes tratados con quimioterapia. Hay países donde es legal incluso fumar cannabis.
Fumar marihuana con regularidad puede producir irritación en las vías respiratorias, provocando una tos seca y crónica. Conlleva irritación ocular y enrojecimiento de la esclera (parte blanca del ojo). También interfiere en la memoria y el buen funcionamiento intelectual, lo que conduce a un síndrome de falta de motivación. Con el tiempo y el abuso, llegan la tolerancia y la adicción.
La intervención en la desintoxicación debe tener dos fases: una primera de desintoxicación ambulatoria y una segunda de deshabituación (terapia individual y/o grupal). Es fundamental utilizar técnicas de entrenamiento en habilidades sociales, prevención de recaídas y refuerzo de conductas alternativas. El entorno, “las compañías”, son factores que ayudan o entorpecen esa evolución y es algo que debe dejarse claro al adicto.
El coaching ayuda a establecer objetivos y motiva a conseguirlos. Es básico que el coachee se sienta responsable del proceso.
Fátima Fernández Márquez
Coach AICM Nº12803
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