Me gustaría hablar del autoconocimiento o la conciencia de uno mismo. Es importante tomar conciencia de los propios deseos y motivaciones, saber como reaccionamos ante diversas situaciones, los valores que tenemos como personas y los sentimientos que invaden nuestro día a día, los momentos felices y aquellos de conflicto y preocupación.
Es necesario tener conocimiento de nuestras debilidades, de nuestros puntos débiles, de los recursos y fortalezas que nos proporciona una capacidad mayor de ser dueños de nuestros impulsos sobre todo en situaciones de tensión emocional.
Es muy importante conocerse a uno mismo para poder dar lo mejor de nosotros en la relación con los demás. Este conocimiento tiene que ser enriquecido con lo que nos aporta el contacto con otras personas, no somos aquello que vemos en nosotros mismos, también somos aquello que transmitimos a las personas que nos rodean como la familia, los amigos, vecinos, compañeros de trabajo y conocidos. En la mayoría de las ocasiones, negamos las aportaciones que los otros nos hacen sobre nosotros mismos, si no nos vemos identificados o esta aportación nos incomoda.
Nos cuesta muchas veces mostrarnos abiertos a la valoración externa por parte de los demás, incluso de las personas con las que convivimos, rechazando cualquier apunte que nos pueda hacer sentir mal.
Un poco de prudencia y saber escuchar es necesario para un aprendizaje continuo, para conocernos mejor a nosotros mismos.
Aunque muchas veces escuchemos a personas que dicen: «yo me conozco perfectamente», no siempre es reflejo de una persona que verdaderamente se conozca a si mismo, aunque creamos que somos adultos, continuamos creciendo y evolucionando con el paso de los años, sobre todo con la vivencia de acontecimientos más o menos significativos que suceden a lo largo de nuestra vida, como por ejemplo, la opción de vivir en pareja, tener un hijo, el duelo por la muerte de un ser querido, cambios laborales, rupturas de pareja, etc., son situaciones que nos afectan y producen un cierto cambio en la perspectiva de la vida, nos llevan a la recolocación de nuestros valores, la redefinición de metas, constituyen en muchas ocasiones, crisis de mayor o menor intensidad que van a afectar a las personas que las padecen, provocándoles un cambio y, por supuesto, maduración. Es por este motivo que el autoconocimiento es algo continuo, no constituye un elemento que se agote, sino que es un reto que se renueva constantemente.
En ocasiones, quizá sin darnos cuenta, podemos llegar al autoengaño, es decir, a la percepción de nuestras capacidades de una manera exagerada, ignorando nuestros defectos. Es en esta situación donde se generan personalidades narcisistas, arrogantes, con ansias de poder, que no aceptan ninguna crítica.
Conocer e identificar nuestras emociones, es muy importante ya que es la fuerza primaria que nos mueve a desarrollar diferentes sentimientos, las emociones nos ayudan a entender nuestro propio comportamiento y pensamiento, además nos ayudan a registrar y entender el mundo que nos rodea. Sin duda nos ayudará a profundizar en el autoconocimiento.
El coaching dispone de diferentes herramientas que se pueden utilizar para llegar al autoconocimiento. Un buen ejercicio aparte de otros muchos, sería por ejemplo, llevar un registro, una especie de diario donde al final del día podamos anotar, después de observarse, como te has sentido a lo largo del día, y de esta manera detectar sentimientos.
Hazte las siguientes preguntas: ¿Qué sentiste?, ¿Dónde lo sentiste?, ¿A qué crees que es debida esa sensación?. Identificar nuestras emociones y relacionar situaciones nos hará profundizar en el autoconocimiento.
El coaching ha demostrado ser eficaz para mejorar el autoconocimiento, nos ayuda a planificar mejor las metas que queremos perseguir y nos hace fuertes frente a la vida, con un visión más realista.
Conocerse a uno mismo es el primer paso para el cambio, es decir, para el propio crecimiento personal y el bienestar, alejarnos de nuestro propio ser es una fuente de sufrimiento.
Qué opinas, ¿te conoces realmente?, ¿sabes quien eres?, ¿sabes aceptar la aportación que te hacen otras personas?, ¿quién eres en los demás?.
Me ha encantado el artículo, cuanta razón tiene, es necesario conocernos para poder crecer. Voy a poner en práctica el ejercicio del diario creo que es estupendo.