¡No lo sé hacer! ¡No merezco ese reconocimiento! ¡Todo lo hago mal! ¡No voy a encontrar trabajo!
Anoche, recordando cuando después de la clase “educación física” aterrizábamos sudados y agitados en la temible clase de química, me contaba un amigo del cole sobre su sueño de ese entonces, de ser firmado por un equipo de béisbol para las Grandes Ligas.
Cuando le pregunté qué pasó con ese sueño, me contestó: “NO ERA PARA MÍ, me lesioné el hombro y no me quise operar…”
El agregó: “la voluntad de Dios era otra”; sin embargo, la REALIDAD fue que médica y deportivamente tuvo alternativa para tratar la condición y seguir adelante intentando, el decidió no hacerlo. Su creencia en ese momento fue: “no es para mí”.
¿Ves las perspectivas?
Sobre lo que quiero llamar tu atención es en como nuestras creencias -un tema fascinante que abordo desde el Coaching-, determinan nuestras decisiones y comportamientos, y en como aquellas creencias llamadas limitantes (desde la posibilidad, la capacidad o el merecimiento), condicionan y muchas veces impiden que cumplamos nuestros sueños.
Mi amigo continuó practicando béisbol hasta donde su hombro le permitió, y disfrutando de todo lo bello que el cole nos proporcionó, pero nunca supo si tenía oportunidad para jugar profesionalmente en la mejor liga de béisbol del mundo.
La buena noticia es que las creencias limitantes se pueden transformar, y en ese ciclo de cambio de creencias, los ejes fundamentales son:
- La confianza puesta en nosotros mismos de que podemos hacerlo.
- Estar abiertos a dudar sobre lo que creíamos creer.
- Estar abiertos a lo que queremos creer.
En tu caso, ¿Cuál es ese gran sueño que tienes y qué creencias limitantes identificas en ti para alcanzarlo?
Lucía Ebratt
Coach AICM Nº13296
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Los sueños deben cumplirse y aunque pasen muchas situaciones, buscar siempre la manera de conseguirlos. Replantea planes pero no olvides y cumple tus sueños
Extraordinaria historia que ocurre con bastante frecuencia.
Mientras leía recordé una similar que escuche de Enric Corbera, se trataba de una chica que amaba el ballet o danza, no recuerdo cuál de las dos exactamente, lo cierto es que la chica estaba muy contenta de la llegada de una prestigiosa academia en la que quería ingresar y profundizar sus estudios. Conoce al director y le manifiesta su interés, a lo que este responde que debía pasar la evaluación que no llevaría más de 5 minutos.
Inicia su demostración y en menos de 5 minutos el director le indica que no satisface las exigencias y habilidad necesaria y que, por lo tanto, olvide la idea.
Pasaron los años, se hizo madre de hermosos hijos y trabajadora en un local comercial como cajera, cuando la academia regresa a la ciudad la chica decide visitarla y se encuentra nuevamente con el director, decide preguntarle cómo es que en 5 minutos puede determinar quién puede o no dedicarse al ballet, a lo que este responde, no se puede, solo te dije lo que les digo a todos.
Ella reacciona con rabia y argumenta que le daño su futuro y que si era apta, y finaliza el director diciendo; si hubieses sido apta habrías continuado.