“La infancia es una etapa maravillosa. No hay pasado, no hay futuro; solo un presente que se mira con inocencia e ilusión” (Carla Motero)
En el mes de marzo en Japón, nace un sentimiento de esperanza y vitalidad después de haber resistido el frio invierno, el clima empieza a calentar y las flores del árbol del Sakura comienza a dar sus brotes, y las familias que han tenido una niña se preparan con ilusión para festejar el Hinamatsuri o festival de las niñas, una tradición antigua que se mantiene hasta hoy día, y se celebra el 3 de marzo de cada año, Esta festividad tiene su canción típica así como también los alimentos que se comen ese día.
Las familias donde ha nacido una niña, reservan un espacio en sus casas para colocar un altar escalonado que representa jerarquía, generalmente cubierto con una tela de color rojo, colocando en lo más alto el matrimonio Imperial, y bajando los escalones, se colocan las damas de la corte, los músicos, los ministros, los funcionarios y al final los enseres de la novia. Este altar simboliza los mejores deseos para la niña de la casa, como son los de buena salud, mucha suerte en su vida y un buen matrimonio cuando llegue su época o momento. La costumbre es armar este altar 10 días antes del 3 de marzo, y desarmarlo al día siguiente lo más rápido posible, porque de lo contrario se cree que los deseos no se cumplirán. Estos muñecos que se utilizan no son juguetes, se guardan y se heredan de padres a hijos, y si se desea renovarlos, se llevan al templo para quemarlos.
Hace más de mil años, se utilizaban muñecas de papel como amuletos de protección, las cuales después de frotarlas por el cuerpo de las niñas, las llevaban al río dejando que flotaran hacia el mar, con la esperanza de que los malos espíritus se fueran con la corriente del agua. En la actualidad la tradición de colocar muñecas de papel flotando en el río aún se mantiene en varias ciudades de Japón. La tradición de los altares con muñecos empezó en la era Tokugawa, relacionándolos siempre con la celebración de bienestar para las niñas.
“La infancia es la etapa en que todo se construye. De ahí la importancia de una educación personalizada y de calidad” (Paulo Freire)
Mi reflexión sería, que tanto las niñas como los niños tienen todo el derecho de ser felices, y que sus cuidadores tienen el deber de ayudarlos a que tengan una evolución física y mental equilibrada, porque en la etapa de la niñez es cuando se consolidan las bases de su desarrollo.
En esta ocasión los invito a realizar una muñeca Hinamatsuri de origami, que además de ser un arte es una herramienta que ayuda a fortalecer las capacidades mentales, entre ellas la atención y la memoria necesaria para realizar las actividades de la vida diaria, beneficiando tanto a niños como a adultos.
Materiales:
- 1 lámina de papel de 15 cm. por cada lado, en tonos rosa
- 1 laminas de papel de color negro de 7,5 cm, para el cabello
- 2 láminas de 3,7 cm aproximadamente por cada lado, 1 para la corona y otro para el abanico
Indicaciones:
Al terminar, la figura se doblará en su base aproximadamente1 cm para sujetarla en la base donde posará. El decorado es de libre elección dentro de un entorno japonés.
Cara y cuerpo
Cabello, corona y abanico