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“Una flor no piensa en competir con la flor de al lado, solo florece”

Recoge esa flor que ha caído en el camino y ponla en un recipiente con agua…, le dijo el maestro al discípulo. Se dice que fue con esta anécdota que nace el arreglo floral japones llamado Ikebana, donde no es necesario juntar muchas flores para ver la belleza, ya que se considera que cada flor es única, y en la naturaleza no compiten entre ellas, sino que se acomodan para poder vivir en armonía.  Con esta clara idea, un monje budista, en su deseo de representar la armonía de la naturaleza con las flores que se recogían para venerar a Buda en los altares, tuvo el fascinante deseo de que estas flores transmitieran un mensaje, creando sin saberlo las bases del Ikebana, considerando tres símbolos como guía del arreglo: la rama más alta llamada Shin simbolizaba lo Divino, la mediana Soe, la humanidad y la más corta Tai, la tierra.

Con el tiempo han surgido muchas escuelas de Ikebana, imponiendo cada una énfasis en alguna parte del arreglo, pudiendo ser una base plana, o un florero alto, o la inclinación de las flores hacia una determinada dirección, etc.

“Mientras dibujas las ramas de un árbol, debes sentir el aire”

Esta lectura me lleva a pensar en que si las personas aprendiéramos del comportamiento de las plantas, seria más fácil vivir en armonía, respetando las aptitudes, virtudes, y cualidades con las que cada persona viene a este mundo … ¿Que piensa el lector?

Con el arte del origami también podemos representar la naturaleza, por lo que los invito a realizar una flor, para que ustedes mediante su creatividad realicen un Ikebana. Al final del proceso les dejo una muestra que realicé.

El origami además de ser un arte, es una herramienta, que con su práctica continua, ayuda a las personas de todas las edades a fortalecer las capacidades mentales, entre ellas la atención, la memoria y la creatividad, necesarias para el aprendizaje.

También les animo a visitar mi nuevo espacio en Instagram: “origami con maria”, donde poco a poco iré colocando los trabajos que les invité a realizar en estas pequeñas historias, que he compartido desde hace más de tres años, gracias a la oportunidad que me brinda AICM.

¡Manos a la obra!

Materiales:

  • Una lámina de forma cuadrada para la flor
  • Una lámina color verde, que sería 1/4 del papel de la medida de la flor para el cáliz, y otra parte para el tallo.
  • Un trozo de papel amarillo, que se cortará en flequillos para los pistilos, estos se pegarán a un extremo del tallo antes de introducirlo por el agujero base de la flor.

https://www.mizunomaria.com

 

María Mizuno

Coach AICM Nº 12154

Más información de la autora aquí