Comparte

 

A veces nos preguntamos por qué repetimos patrones que no nos hacen bien.

Por qué volvemos a pensamientos que nos duelen, a hábitos que nos alejan de lo que queremos, o a formas de reaccionar que ya sabemos que no funcionan.

Pareciera que el cuerpo y la mente caminaran solo, como si una parte de nosotros siguiera eligiendo lo mismo incluso cuando deseamos cambiar.

Pero no es falta de fuerza de voluntad.

Tampoco es incapacidad.

Es neurociencia.

La verdad es sencilla y a la vez profundamente liberadora:

  • Tu cerebro ama lo conocido, no lo saludable.
  • Ama lo familiar, no necesariamente lo que te hace crecer.

Y entender esto es el primer gran paso hacia un bienestar más consciente.

En este artículo te cuento por qué la mente se aferra a lo que conoce y cómo puedes comenzar a enseñarle un camino más amable.

¿Por qué el cerebro se aferra a lo que conoce?

El cerebro tiene una prioridad por encima de todo: Mantenerte a salvo.

Y para el cerebro, “estar a salvo” significa predecir lo que va a pasar.

Cuando algo es conocido —incluso si es incómodo— el cerebro siente que tiene el control. Por eso repetimos:

  • Formas de pensar
  • Respuestas impulsivas
  • Dinámicas emocionales
  • Hábitos que nos alejan de nuestro bienestar

No porque nos hagan bien, sino porque el cerebro los reconoce.

“Lo familiar es seguro”, dice el cerebro.

“Lo nuevo puede ser peligroso”.

Aunque lo nuevo sea exactamente lo que necesitas.

Patrones que se repiten: rutas neuronales en acción

Cada pensamiento y conducta que repites crea un caminito en tu cerebro. Si se repite lo suficiente, ese camino se vuelve una autopista.

Ejemplos comunes:

  • Pensar siempre lo peor
  • Responder desde el miedo
  • Decir “sí” cuando quieres decir “no”
  • Vivir en estado de alerta
  • Sentirte responsable de todo
  • Anticipar problemas

Aunque duelan… son conocidos y para el cerebro, lo conocido = lo predecible.

Por eso, cuando intentas cambiar, tu mente a veces te sabotea suavemente:

  • “¿Y si no funciona?”
  • “Mejor no lo intentes.”
  • “Así estamos bien.”
  • “Después lo hago.”

No es maldad, es protección… mal dirigida.

La buena noticia: la neuroplasticidad

Aquí es donde tu historia puede cambiar:

La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro de crear rutas nuevas.

  • A cualquier edad.
  • En cualquier momento de tu vida.

Esto significa que:

  • Puedes dejar de repetir patrones
  • Puedes aprender nuevas formas de pensar
  •  Puedes reaccionar distinto
  • Puedes elegir respuestas más saludables
  • Puedes transformar tu forma de vivir tus emociones

Tu cerebro puede cambiar…

Pero necesita práctica, repetición y mucha amabilidad.

Cómo enseñarle a tu mente un camino nuevo

Aquí comienza la parte más humana y más real del proceso.

1- Observa lo que se repite

No para criticarte, sino para entenderte.

Date cuenta de cuándo aparece el patrón, la emoción o el pensamiento.

“La conciencia es la puerta de salida.”

2- Haz pausas (aunque sean pequeñitas)

Las pausas interrumpen la autopista mental y le abren espacio a lo nuevo.

  • Una respiración profunda.
  • Un “espera, déjame pensar”.
  • Un silencio de tres segundos.

“Las pausas son actos de reprogramación.”

3- Elige una microacción diferente

No necesitas un gran cambio, sino un pequeño gesto repetido.

Ejemplos:

  • Si tu patrón es reaccionar rápido → respira antes de hablar
  • Si tu patrón es pensar lo peor → cambia a “vamos paso a paso”
  • Si tu patrón es cargar con todo → pide ayuda pequeña
  • Si tu patrón es autoexigencia → valida un logro diario

“Cada microacción es una nueva ruta neuronal.”

4- Repite, aunque parezca poco

El cerebro aprende por repetición, no por intensidad.

Un pequeño gesto repetido tiene más impacto,que un gran esfuerzo hecho una sola vez.”

5- Sé amable contigo

Cambiar duele porque significa salir de lo conocido.

La amabilidad es el amortiguador del cambio.

“Tu cerebro no es tu enemigo. Solo necesita que lo guíes con paciencia.”

  

Tu mente no repite patrones porque quiere lastimarte.

Los repite porque los conoce y lo conocido, para el cerebro, es un refugio…

Incluso si a veces es un refugio que ya te queda pequeño.

La buena noticia es que puedes construir uno nuevo. Uno más amplio, más luminoso y más tuyo.

La neuroplasticidad te recuerda esto:

No estás atrapado en quien fuiste ayer. Puedes enseñarle a tu cerebro una manera distinta de vivir hoy.

Cada pequeño cambio que haces, cada pensamiento que eliges y cada gesto de amor propio está reescribiendo silenciosamente las rutas dentro de ti.

 

Luisana Bermudez

Coach AICM Nº14256

Más información de la autora AQUÍ

Puedes seguir a la autora en :

Instagram: @coach.luisanabermudez
YouTube: Camino a Ti – Coach Luisana