“Muchos saben el camino, pero pocos acaban recorriéndolo” (Bodhiharma)
He mandado a construir templos, he financiado la traducción de textos, he apoyado a la ordenación de los monjes, porque soy devoto budista, dime maestro que todo lo sabes (pregunto el emperador de China al monje), ¿he ganado un lugar en el cielo, ¿verdad? el monje después de escuchar todo lo que el emperador tuvo que decir, le respondió: no has ganado nada… quien ha hecho una buena acción, no debe tener autoconciencia de la misma, porque se vuelve mala…has perdido el tiempo.
Las buenas obras, sólo cuando son desinteresadas y sin expectativas de conseguir méritos, disminuyen el sufrimiento del camino entre el nacer y el morir; el emperador le refuto: pero todos los monjes me han asegurado que tengo un lugar ganado en el cielo, a lo que Bodhidharma respondió: ¿Quién puede asegurar lo que hay después de la muerte? yo no lo sé. El emperador enfurecido le dijo: ¿Quién eres tú para hablarme de esta manera? El monje le respondió: No lo sé.
Ésta conversación tuvo lugar cuando el monje budista Bodhidharma, en su mayoría de edad, llegó de la India, al sur de la China, en el siglo V, d.C. y el emperador de esa época, quiso verlo de inmediato, para compartir con él su sabiduría sobre el Budismo, pero el monje le hizo notar que no había entendido las enseñanzas, desatando la ira del emperador; el famoso monje tuvo que retirarse de esa ciudad y se dirigió al norte de la China, al templo Shaolin en la provincia de Hunan, donde le cerraron también las puertas, por el suceso con el emperador, solo le quedó refugiarse en una cueva cercana al templo, donde se sentó a meditar durante 9 años, sin comer ni beber. Los monjes del templo Shaolin, convencidos de su perseverancia para lograr el “estado de vacío” del que él tanto predicaba, lo acogieron en el templo, convirtiéndose en sus discípulos. Murió después de cumplir los 100 años de edad. Bodhidharma, es el fundador del budismo Zen en Japón, donde es llamado Daruma, nombre que deriva de la palabra sanscrita Dharma (ley o realidad), aunque se afirma que nació en la India, por su fisonomía de ojos grandes, azules y cejas muy pobladas, se cree que tenía ascendencia persa.
El efecto que ocasionó estar en la misma posición meditando durante tanto años, fue que sus brazos y piernas, no pudieran moverse y quedaran fijadas a su cuerpo, por ese motivo se le representa, como un muñeco sin brazos ni piernas y al quedar la base redondeada y colocarle un peso en el centro, nunca cae, siempre se levanta, como el famoso muñeco porfiado que todos conocemos.
Es una tradición en año nuevo la venta de estos muñecos, cuando todos tenemos tantos planes, sueños e ilusiones para el año que comienza. A Daruma, lo venden con los ojos en blanco, para que la gente que lo adquiera, le pinte un ojo, que significa una “meta” y se coloca en sitios visibles, para recordarnos nuestro deseo; ante los problemas nos levantaremos, igual que Daruma: el porfiado japonés y que sólo con perseverancia lograremos la realización de nuestra meta, una vez lograda, se le pinta el otro ojo. Luego en la fogata que hacen en los templos budistas estos muñecos se queman, para que el humo eleve nuestro agradecimiento a Daruma que nos ayudó a conseguir nuestra meta.
A modo de reflexión le pregunto al lector ¿Tienes claro el proceso para lograr una meta?
Personalmente, creo que todo empieza con una idea, luego se trazan pequeños objetivos, que metafóricamente es el camino que tenemos que recorrer, hasta que, con la suma de los pequeños logros, llegamos a nuestra meta.
“La perseverancia es el secreto de todos los triunfos” (Víctor Hugo)
Perseverancia, es otro de los valores que se inculcan desde la niñez, por tal motivo para compartir con los niños la importancia de la perseverancia y a modo de juego, los invito a realizar en origami la figura de Daruma: el porfiado japonés. El origami además de ser el arte de armar figuras de papel, siguiendo las líneas que se forman al doblarlo, es también una herramienta usada para fortalecer la motricidad fina, la concentración, la creatividad, beneficiando tanto a los niños como a los mayores, quienes deben guiar a los más pequeños para que la actividad resulte un desafío divertido, según sus posibilidades.
Materiales:
- 1 lamina de papel 15x15cm.
- Pegamento para pegar las manos.
- El decorado pueden hacerlo con plumones o papel cortado.
María Mizuno
Coach AICM Nº 12154
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