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¿Alguna vez te has preguntado por qué es tan complicado dejar de pensar en alguien que ya no forma parte de tu vida amorosa? No te preocupes, ¡es más común de lo que piensas!

Cuando una relación termina, todos buscamos ese «cierre emocional». Suena genial, ¿verdad? Pero, ¿en qué consiste realmente? Bueno, es como ponerle un punto final a un capítulo importante de tu vida. Pero no es tan fácil como cerrar un libro, porque nuestro cerebro es un maestro del drama y siempre busca ese desenlace perfecto. Así que, cuando la historia termina abruptamente, nos quedamos con un montón de «y si ….» y una especie de sensación de incomodidad emocional.

A veces, recordamos los buenos momentos con más claridad que los malos. Básicamente, nuestros cerebros tienden a idealizar el pasado, ignorando las razones por las que la relación no funcionó. Suena bonito, pero nos mantiene atrapados en la nostalgia. ¿Cómo contrarrestarlo? Haciendo una revisión de la realidad y recordando las complicaciones que tuvimos en esa relación.

Para muchas personas, el final de una relación puede ser un poco complicado. Las inseguridades se intensifican, y nos quedamos en un bucle de pensamientos: ¿qué salió mal? ¿Podría haber hecho algo diferente?

Pero, es ¡Hora de Liberarse!

  • Los recuerdos se mueven sin cesar en nuestra mente. En lugar de luchar contra ellos, permíteles bailar su última danza. Reconoce esos momentos, agradece lo que te enseñaron y luego suéltalos con cariño. La clave está en no dejar que esos recuerdos se conviertan en prisioneros de tu pensamiento.
  • A veces, necesitamos tener una conversación honesta con nuestro propio corazón. ¿Qué necesita sanar? ¿Qué aprendizajes puedes extraer de esa experiencia pasada? A medida que te abres a estas conversaciones internas, estarás en el camino hacia una comprensión más profunda y la aceptación.
  • Corta la comunicación. Sí, es difícil, pero esencial para romper los lazos emocionales.
  • Recordar la realidad te ayuda a mantener los pies en la tierra, no te quedes solo con los buenos momentos, también recuerda las complicaciones, esos recuerdos no tan buenos que llevaron a la ruptura.
  • Dedica tiempo a tu autocuidado, te llevará hacia el bienestar. Date permiso para cuidar de ti mismo, verás cómo esos pensamientos pierden su fuerza. Sumérgete en actividades que te definan fuera de la relación. ¿Nuevos pasatiempos, quizás?
  • No lo Idealices: No te engañes, no era la persona perfecta y mucho menos para ti porque no supo ver lo mucho que valías.

Al dejar ir los pensamientos del pasado, estás cerrando un capítulo, pero recuerda que cada cierre es la apertura de algo nuevo. Visualiza tu vida como un libro emocionante con páginas aún por escribir. ¡Tú tienes el control de la pluma!

Recuerda, ¡no estás solo en esto! Si necesitas un apoyo extra, siempre puedes buscarme. ¡Tu bienestar es lo más importante!

¡Sigamos avanzando hacia un futuro lleno de amor propio y nuevas oportunidades!

 

 

Maria Luisa Aguado Lillo

Coach AICM Nº13271

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