“Si la fe no fuera la primera de las virtudes, sería siempre el mayor de los consuelos” F. Caballero
En una visita que hice a un templo sintoísta en Japón, me gustó la vía de entrada, porque el largo del camino estaba delimitado por grandes farolas que alumbraban por la noche, y pensé que habían sido colocadas con una finalidad decorativa, pero al pedir información sobre su significado, la respuesta fue que eran en agradecimiento de diferentes personas cuando emprendían un negocio o simplemente pedían un favor a las fuerzas de la naturaleza, que son consideradas por los sintoístas, los dioses que protegen al mundo y a la humanidad (Sintoísmo es la religión más antiguade Japón), pudiéndose leer en cada farola el nombre de la empresa o persona que a donaba.
Como todos los lectores saben, las creencias de la existencia de algo superior a nosotros, se desarrollaron desde que existe la humanidad, muchas veces para darle sentido a preguntas sin respuesta con respecto al origen, destino y fin de la vida, teniendo cada sociedad su forma particular de manifestarla.
Pienso que estas creencias, demuestran a la vez el poder del ser humano y lo importancia de amarse y creer en sí mismo, ya que si nada haces nada ocurrirá, y si se le suma la creencia de que no estamos solos, la esperanza aumenta y anima a seguir avanzando hacia la meta deseada. Es saludable levantarse por la mañana agradeciendo el nuevo día, en el que se pueda realizar el programa diario y luego al anochecer dar las gracias por la oportunidad que se tuvo, y si algo no salió bien, buscar las razones para corregir los errores y evitar repetirlos. En base a estas creencias y experiencias, el filósofo, abogado y escritor, Max Ehrmann (1872 – 1945), escribió la letra del poema Desiderata, que viene del latín desiderátum y que significa “cosas que se desean”, que registró en 1927 y que más tarde le pusieron música, estando claro que la intención en cada estrofa del poema fue dar las pautas para ser feliz, al decir en algunas de ellas: “… mantén la paz con Dios, cualquiera que sea tu idea de él y cualquiera que sean tus trabajos y aspiraciones, conserva la paz de tu alma en la bulliciosa confusión de la vida…”
“En el centro de tu ser tienes la respuesta, sabes quién eres y sabes que quieres” LaoTse
Hablando de farolas, les propongo armar una de las que se ven mucho en Japón, realizándolo en origami que además de ser un arte, es utilizado desde hace muchos años como herramienta para estimular el desarrollo de la creatividad, la concentración, la observación y la actividad óculo-manual necesaria para realizar trabajos de precisión.
Materiales:
- 1 lámina de papel de 15cmx15cm
- Trozos de papel adecuados para semejar la luz, y pegamento.
Indicaciones: Para mantener de pie el farol, adherirle por detrás un trozo de cartulina como apoyo.