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La Doble Excepcionalidad es una realidad compleja que, aunque cada vez más reconocida, sigue siendo poco comprendida en muchos contextos educativos, familiares y clínicos.

Cuando hablamos de Doble Excepcionalidad hablamos de dualidad. Una combinación donde fortaleza y desafío se dan la mano para coexistir entre si. Donde un perfil de Alta Capacidad Intelectual forma combo con otra condición ya sea de neurodesarrollo (autismo, TDAH, desorden de procesamiento sensorial, dificultades de aprendizaje como la dislexia, discalculia…), alguna discapacidad física (discapacidad auditiva…), condiciones de salud mental (depresión, ansiedad crónica, desafíos de la conducta…).

Esta dualidad también afecta al mundo emocional, muchas veces olvidado, debido a que se suelen centrar o bien en el aspecto curricular, o bien en el déficit o dificultad observado.

La combinación de un pensamiento profundo con dificultades para adaptarse a entornos normativos puede generar una vida interna intensa, a menudo desregulada. En este contexto, el COACH emocional especializado en Doble Excepcionalidad se convierte en una figura clave para acompañar, orientar y empedrar a estas personas.

El reto emocional de la doble excepcionalidad

Las personas doblemente excepcionales viven en una tensión constante entre sus talentos y sus dificultades. Esta contradicción podría provocar:

  • Altos niveles de frustración, al no lograr responder a las expectativas externas, ni a las propias.
  • Baja autoestima, por sentirse “demasiado diferente”
  • Inseguridad emocional, ante un entorno que muchas veces invalida su experiencia.
  • Sobrecarga sensorial o emocional, como repuesta de su sensibilidad y su sobrepensamiento.

La gestión emocional, por tanto, no es un “complemento”, sino una necesidad urgente para que estas personas puedan comprenderse, aceptarse y desarrollarse de forma equilibrada.

El rol del coach emocional especializado

El Coaching emocional orientado a perfiles con Doble Excepcionalidad se diferencia del Coaching tradicional en que requiere un conocimiento profundo de cómo conviven la Alta Capacidad y los desafíos presentes. No se trata solo de trabajar objetivos o productividad, sino de acompañar una vivencia personal compleja desde el respeto, la escucha activa y la personalización absoluta.

¿Cuáles serían las claves de intervención?

1- Autoconocimiento e integración del perfil:

El primer paso es que la persona entienda su propio perfil, sin negarlo ni fragmentarlo. El Coach facilita un espacio donde pueda abrazar su Alta Capacidad sin ocultar su vulnerabilidad, y viceversa.

2- Alfabetización emocional y validación:

Se trabaja en poner nombre a las emociones, entender de dónde vienen y aceptar su legitimidad. La validación emocional es fundamental para personas que han sido juzgadas o malinterpretadas durante años.

3- Gestión del perfeccionismo y la autoexigencia:

Muchas personas con Altas Capacidades desarrollan una autoexigencia extrema que termina siendo paralizante. El Coaching ayuda a distinguir entre excelencia y perfeccionismo destructivo.

4- Técnicas de regulación emocional:

Desde la respiración consciente hasta herramientas cognitivas o creativas, se desarrollan estrategias adaptadas a la forma en que la persona procesa la información y las emociones.

5- Fortalecimiento de la identidad y autoestima:

Se trabaja para que la persona no solo se acepte, sino que valore su unicidad y aprenda a posicionarse desde su autenticidad, no desde la comparación constante.

Un proceso transformador

El trabajo de un Coach emocional especializado no busca “normalizar” al individuo, sino liberar su potencial desde la comprensión profunda de su perfil. El objetivo no es la adaptación forzada a entornos empáticos, sino la construcción de recursos internos para vivir con mayor coherencia y bienestar.

Además, cuando el proceso incluye también a la familia o al entorno educativo, se amplifica el impacto: se generan espacios mas amigables, se reducen los conflictos y se fortalece la red de apoyo.

Mi conclusión

Gestionar las emociones en la Doble Excepcionalidad no es tarea sencilla, pero sí es posible con el acompañamiento adecuado. Un Coach emocional especializado ofrece un camino de comprensión, transformación y empoderamiento, ayudando a que estas personas no solo sobrevivan en un mundo que a veces no las entiende, sino que brillen desde su singularidad. La clave está en mirar más allá de la etiqueta, y acompañar a la persona real, con todo lo que es.

 

María Montero Villalba

Coach AICM Nº 13702

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