La cocaína es la segunda droga ilegal más consumida en España, tras el cannabis. Su adicción conlleva graves consecuencias tanto físicas como psíquicas.
La cocaína es un psicoestimulante del S.N.C., que proviene de la planta de la coca, arbusto perenne de América del Sur. De ahí sale la pasta de la coca y polvo blanco. A finales del siglo XIX la coca se extendió mucho por Europa y por Norteamérica en forma de tónicos. Coca-Cola empezó inicialmente como uno de estos preparados, aunque luego retiró la cocaína de la composición de la bebida.
Provoca una gran euforia y excitación, con sensación de bienestar. No se siente cansancio. Muchas personas lo consumen principalmente en fiestas. Normalmente se toma esnifada. Produce sequedad en la boca, lo que suele provocar un aumento de consumo de alcohol para compensar. También produce delgadez y midriasis. Interfiere en las actividades sociales y económicas. Los efectos son de corta duración (unos 45 minutos). Cuando van desapareciendo, produce cansancio y apatía (bajón), lo que incita a consumir de nuevo. La gente que toma estimulantes pronto encuentra que no puede funcionar sin ellos. La dependencia de esta droga es básicamente psicológica.
Entre las consecuencias físicas de su adicción están la disminución del apetito, la aceleración del ritmo cardíaco, aceleración del ritmo respiratorio, aumento de la presión arterial, daño cerebral e incluso muerte por paro cardiaco. Entre las consecuencias psicológicas se encuentran la paranoia y la agresividad.
La interrupción del consumo de cocaína no suele causar síntomas de abstinencia.
Es necesaria terapia ambulatoria y psicológica. El coaching sería de gran ayuda.
Se trata de responsabilizar al consumidor (coachee) de sí mismo y que sus intenciones de salud se conviertan en realizaciones concretas. Es fundamental establecer objetivos. El coachee debe tener un propósito en la vida y este propósito será la dirección hacia la que dirigir las acciones. No hay que olvidarse de la figura de contrincante interno que tratará de sabotear los proyectos.
Las sesiones consistirán en preguntas y una escucha basada en el respeto. El coach será un apoyo, pero la responsabilidad será del cliente. No habrá coaching si no hay acción por parte del coachee. El coach no aconsejará al cliente sobre qué hacer. Lo que hará será hacer preguntas para que el sujeto se dé cuenta de cuál es el camino a tomar.
“Desarrollar la conciencia y la responsabilidad es la esencia del coaching eficaz” (John Whitmore).