Partiendo de que todo trastorno necesita tratamiento psicológico y considerando que el coaching puede ser una excelente herramienta complementaria, quiero explicar en qué consisten dos de los principales trastornos alimentarios: la anorexia y la bulimia.
Vivimos en una sociedad de culto al cuerpo y a la imagen. Las redes sociales, entre otros factores, pueden representar un peligro con su exposición continua de una perfección ficticia.
La anorexia es un rechazo a mantener el peso por encima del valor mínimo. Hay un gran miedo a engordar.
Hay factores perpetuantes del trastorno, tales como el aislamiento social (es importante una red de apoyo) y las propias cogniciones (de ahí, la necesidad de tratamiento psicológico).
Hay dos tipos de anorexia: la restrictiva (dieta y ejercicio extenuante) y la purgante (vómitos autoinducidos y laxantes).
Entre las complicaciones físicas de este trastorno están: amenorrea, estreñimiento, osteoporosis, encorvatura de la columna vertebral…e incluso la muerte en los casos más extremos.
La persona con este trastorno (puede darse tanto en mujeres como en hombres) presenta estado de ánimo ansioso, depresión, pensamientos obsesivos…
La bulimia es la necesidad irrefrenable de ingerir grandes cantidades de comida seguida de fuertes sentimientos de repulsa y culpa, lo que lleva a conductas como provocarse el vómito, el mal uso de laxantes, ejercicio intenso…
Entre las complicaciones físicas de la bulimia están: erosión del esmalte dental, daño renal, arritmias…
La persona con este trastorno (al igual que en la anorexia, puede darse tanto en mujeres como en hombres) presenta estado de ánimo ansioso, depresión…
La autoevaluación está excesivamente influida por la silueta y por el peso.
Es imperioso derivar a un especialista a nuestro/a coachee si percibimos cualquiera de estas conductas. También es necesaria una buena educación para la salud para prevenirlas, desde la familia, la escuela y los medios de comunicación.
Fátima Fernández Márquez
Coach AICM Nº 12803
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