¿Qué tienen esos deportes al aire libre que nos conectan tanto con la naturaleza, con los demás y con nosotros mismos? Es difícil de explicar, porque se siente, pero voy a intentarlo:
Una de esas mañanas en el agua, he sido plenamente consciente de la grandeza del surf: después de varios intentos fallidos, de repente, cuando menos lo pensaba, he cogido una ola. Por unos instantes se ha detenido el tiempo, y he ido sintiendo, como a cámara lenta, la estabilidad de la tabla contra el agua, cada parte de mi cuerpo poniéndose en pie, la velocidad de la ola que me llevaba, el viento en la cara y las gotas frescas de agua salpicando mientras avanzaba. He podido disfrutar muy vivamente, con una conciencia plena de lo que estaba sucediendo, de cada elemento: el agua, el sol, la playa, el cielo, los colores, la montaña y las casas al fondo… Todo un cúmulo de sensaciones juntas y ralentizadas por una experiencia de mindfulness, en la que el tiempo real se relativizaba en favor de unos instantes, unos segundos que parecían escaparse del tiempo real, proporcionándome una experiencia intensa y gratificante.
Esta conexión con la naturaleza y conmigo mismo me ha hecho sentir la libertad, la alegría, la paz. Un maestro dice que surfear es un baile, un fluir, no una batalla de gladiador contra el mar. Me atrevo a decir que es una meditación y que se puede meditar encima de una tabla. Yo he podido sentirlo.
Y me he dado cuenta de que la vida a veces es como el mar: su fuerza y dificultades nos arrastran como las olas y a veces nos superan, pero si sabemos leer, interpretar los acontecimientos al igual que las olas, esperar, elegir bien y dejarnos llevar, remar a favor y fluir con las olas, podemos confiar, no temer, y disfrutar de esa experiencia de alegría y libertad. No es una locura afirmar que la vida es en gran parte como el surf, o que el surf enseña muchas cosas sobre la vida, y en este caso, sobre qué significa la conciencia y la atención plenas: vivir el momento presente, aquí y ahora, como queriendo escapar de las coordenadas de espacio y tiempo o, mejor dicho, adentrándose en ellas para vivir y sentir verdadera alegría y libertad.
José Antonio Belmonte Aguilar
Coach AICM Nº13370
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