La terapia asistida con delfines, como concepto, consiste en la interacción entre personas y delfines guiados por un terapeuta/educador.
Comprende tanto la rehabilitación física como la emocional, siendo especialmente beneficiosa para personas con trastornos psíquicos.
Se puede aplicar en humanos a partir de los 6 meses de edad y hay que sumar el propio efecto terapéutico de un medio acuático en el que la persona acaricia al animal.
Los delfines son animales muy inteligentes y no tratan a dos personas del mismo modo.
La base de la terapia es el sónar de estos animales que transmite ondas que propicia la activación de neuronas dormidas y se estimulan ambos hemisferios del cerebro. El estado al que lleva es de absoluta paz como en una sesión de meditación.
La delfinoterapia se inició, entre otros, con el británico Horace Dobbs, que comenzó a aplicarlo en personas con autismo o síndrome de Down y que fundó en 1978 la International Dolphin Watch.
Los efectos de la terapia pueden apreciarse desde el primer día y sus efectos son duraderos. La interacción con los delfines potencia la empatía, mejora la autoestima y ayuda a reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés). El vínculo con los animales está mediado por la oxitocina, a la que se la conoce como la hormona del amor.
Cada sesión puede durar unos 15 minutos y puede realizarse un día por semana.
Una vez más, es importante destacar como los animales pueden ser grandes aliados como coterapeutas (los animales no emiten juicios de valor) dentro de programas de integración social y rehabilitación. Son terapias seguras y realizadas con animales entrenados y/o acostumbrados a tales actividades.
Fátima Fernández Márquez Educadora Social
Coach AICM 12803
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