“La prosperidad pide fidelidad, la adversidad precisa de ella” (Séneca)
Hachicoo se llamaba el perro más querido de Japón; vivió entre los años 1923-1935, conocido por muchas personas que llegaban a la estación de tren de Shibuya en Tokio para hacer sus viajes de rutina, igual que el profesor Ueno, catedrático de la Universidad de Tokio, quien siempre llegaba acompañado de éste, su perro Hachicoo, que además de ir a despedirlo, el perro volvía solo a la estación a la hora adecuada, para recoger a su amo y volver juntos a casa.
Los comerciantes de la zona y las personas que siempre pasaban por allí reconocían ya al perro. Después de una rutina de 2 años, un día el profesor no volvió más, había fallecido mientras trabajaba; pero Hachicoo, esperó por siempre a su querido amo. La gente que lo conocía le daba de comer y beber, todos sabían la historia, fue así que el gobierno en 1934, le hizo una estatua de bronce, en honor al perro más fiel de Japón, cuentan que Hachicoo estuvo presente en su propia ceremonia, pero el tiempo siguió su rumbo y después de 9 años de espera, el 8 de agosto de 1935, amaneció muerto en la entrada de la estación por donde su amo un día se fue. La autopsia reveló que Hachicoo murió de cáncer. Su cuerpo fue disecado y se exhibe en el museo de ciencia. En la foto lo vemos en sus últimos años, según muestra Wikipedia. En la actualidad la estatua de Hachicoo, situada en la salida N.º 8 de la estación de trenes en Shibuya, es referencia como punto de encuentro para los turistas y la población en general. Su historia y figura tambien han llegado al cine.
Fidelidad, una palabra que suena dulce a los oídos, una cualidad algo escasa entre las personas de hoy en día, un sentir que casi no se tiene en cuenta, pero que, si se inculcara con el ejemplo a los más pequeños que son la sociedad del mañana, creo que se evitaría tanto sufrimiento innecesario, incluso dentro de una misma familia. Invito al lector a reflexionar sobre la fidelidad; personalmente considero que, es como una joya entre los valores humanos, y si un animal puede ser “un fiel amigo” me pregunto ¿porque se nos hace tan difícil a las personas ponerlo en práctica?
“Sé fiel a ti mismo y así, de la manera como la noche sigue al día, serás consecuente con tus semejantes” (Anónimo).
Consideré la historia de Hachicoo un motivo, para compartirla en familia y pasar un momento agradable, mientras realizamos la figura de un perro en origami, ésta figura que realizaremos, tiene la particularidad de que al frotar entre si las patitas delanteras, mueve la cola. El origami es el arte de realizar figuras de papel, siguiendo el marcado de las líneas, doblando y desdoblando, por lo cual, se utiliza como una herramienta para desarrollar la creatividad, la atención, la concentración, la motricidad fina, necesaria para escribir, pintar y dibujar con más precisión y para que el resultado sea exitoso para los pequeños, es necesario la guía de una persona mayor. Les dejo el proceso de la labor, pero como siempre pueden recurrir a nuestra escuela virtual de YouTube para facilitar el trabajo.
Materiales para armar el perrito que mueve la cola: 1 lamina de 15x15cm y un rotulador.
María Mizuno
Coach AICM Nº 12154
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