Hace unos meses realicé unas sesiones con un conocido el cual, tras mucho preguntarse qué es lo que le apetecía y le hacía feliz, decidió marcharse a la capital para trabajar en un sector que siempre le había gustado y que podría aportarle grandes beneficios.
Efectivamente, desde los inicios realizó el trabajo con gran ilusión pero según pasó el tiempo se dio cuenta de que la realidad no era como la había imaginado. Es cierto que le aportaba trato con muchas personas, incluso ser un individuo de relativa importancia pero a cambio la cantidad de horas trabajadas en relación con el salario recibido y ese posible caché no le compensaban.
En resumen, el mantener ese empleo soñado le suponía sacrificar muchos aspectos de su vida como podían ser el tiempo libre, deporte, la lectura, la escritura o visitas a la familia.
Finalmente regresó a su ciudad en la que no podría continuar con ese trabajo o al menos parte de él ya que otra la realizaría a distancia.
Se puso de nuevo en contacto conmigo, explicándome lo ocurrido y preocupado porque había dado un paso atrás en su vida ya que había renunciado a su sueño y vuelto a su pequeña ciudad. Mi pregunta fue clara. ¿Estás seguro que has dado un paso atrás o simplemente lo que en principio era tu objetivo ya no lo es? Esto evidentemente provocó un largo silencio.
No voy a detallar la respuesta que me dio pero sí mi opinión. Creo que evidentemente no dio un paso atrás (ni tampoco utilizaré la frase de un paso atrás para tomar impulso ya que me parece del todo desacertada). En el caso que nos ocupa, tras vivir lo que parecía su sueño se dio cuenta de que tal vez no era.
Tenemos el derecho de reevaluar nuestros deseos, intereses o sueños. En ocasiones, cuando nos damos cuenta de que lo que perseguimos no nos hace del todo felices podemos trazar nuevos caminos o alternativas, hablar con nuestro yo interior y preguntarle qué es lo que quiere. Si es necesario debemos retomar las sesiones de coaching, regresando incluso al principio, repitiendo nuestra rueda de la vida, instando a nuestro cliente a que vuelva a analizarse, buscar nuevos intereses y preferencias.
Cuando te sientas perdido o simplemente no tengas claro cuál es el camino que deseas seguir, ponte en manos de un profesional del coaching o de la psicología en función de tus necesidades. En ningún momento te avergüences de parar, respirar, hablar de nuevo contigo mismo, de decirles a otras personas que tus intereses han cambiado porque es tu derecho, el derecho a continuar por donde tú quieras y buscar la felicidad.
Y recuerda, eres perfecta o perfecto tal y cómo eres, que nadie te diga lo contrario.
Jonathan del Amo Aguado
Coach AICM Nº13154
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