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La Comunicación NO Violenta (C.N.V.) ideada por Marshall B. Rosenberg (psicólogo norteamericano ya fallecido), está basada en unas habilidades del lenguaje y la comunicación que refuerzan nuestra capacidad de conservar nuestra humanidad, incluso en condiciones difíciles. La C.N.V. nos guía a la hora de reestructurar como nos expresamos y cómo escuchamos a los demás, nuestras palabras se convierten en respuestas conscientes con una base firme en la conciencia de lo que percibimos, sentimos y queremos. Nos expresamos con honestidad, claridad y prestando al mismo tiempo, una atención respetuosa y empática con los demás.

En cualquier conversación, llegamos a escuchar nuestras necesidades profundas y las de los demás. Cuando nos concentramos en aclarar qué observamos, sentimos y necesitamos, en lugar de diagnosticar y juzgar, descubrimos la profundidad de nuestra propia compasión, a través de la escucha profunda. Cuando damos desde el corazón, lo hacemos por el gozo que brota siempre enriquecemos la vida de otra persona voluntariamente.

El Proceso de la C.N.V. está formado por cuatro fases: observación, sentimiento, necesidades y petición:

Primero, observamos lo que de verdad está sucediendo en una situación: ¿qué observamos hacer o decir a otros que enriquece o no nuestra vida? Importante articular dicha observación sin introducir ningún juicio ni evaluación, cuando las mezclamos, la otra persona suele tener la impresión de que la criticamos y por lo tanto opone resistencia a lo que estamos diciendo.

A continuación, declaramos cómo nos sentimos al observar esa acción: ¿nos sentimos heridos, asustados, alegres, divertidos, irritados? Existe dificultad para identificar y expresar los sentimientos en distintos ámbitos (familiar, laboral, social…) especialmente, el coste es muy alto para las familias cuando sus miembros no son capaces de comunicar sus emociones. Se nos educa para ser dirigidos por otros, en lugar de estar en contacto con nosotros mismos. Es frecuente preguntarnos ¿qué es lo que piensan los demás que es correcto que diga y haga? Permitirnos mostrar nuestra vulnerabilidad al expresar nuestros sentimientos puede ayudarnos a resolver conflictos.

En tercer lugar, decimos qué necesidades nuestras están relacionadas con los sentimientos que hemos identificado. Todos los juicios, críticas y diagnósticos que emitimos, así como las interpretaciones que hacemos de los demás son expresiones de nuestras propias necesidades. Cuanto más directamente podamos conectar nuestros sentimientos con nuestras necesidades, más fácil será que los demás respondan con compasión.

A la mayoría de nosotros nunca nos han enseñado a pensar en términos de necesidades, estamos acostumbrados a pensar en lo que hacen mal los demás cuando nuestras necesidades no se ven satisfechas. En este mundo donde vivimos, a menudo se nos juzga con dureza por identificar y revelar nuestras necesidades, hacerlo puede darnos miedo.

Finalmente realizamos una petición muy específica, es decir, se refiere a la cuestión, de qué nos gustaría pedirnos los unos a los otros para enriquecer nuestras vidas. Debemos intentar evitar frases vagas, abstractas o ambiguas, y recordamos emplear un lenguaje de acción afirmativo, expresando lo que estamos pidiendo en lugar de lo que no. El objetivo no es cambiar a las personas y su comportamiento para salirnos con la nuestra, es establecer relaciones basadas en la honestidad y la empatía, que con el tiempo nos llevarán a satisfacer las necesidades de todos.

Es necesario, aplicar estos cuatro componentes de la C.N.V. a la escucha de lo que los demás observan, sienten, necesitan y piden, nos referimos a la recepción empática que es parte del proceso comunicativo. La empatía es una comprensión respetuosa de lo que otra persona está experimentando, y sólo se produce cuando hemos logrado desprendernos de todas las ideas preconcebidas y juicio sobre ellos. No requiere nada del pasado, requiere presencia y responsabilidad. La creencia de que tenemos que arreglar las situaciones y hacer que los demás se sientan mejor, nos impide estar presentes.

Aclarando la incógnita inicial a los que habéis llegado en la lectura hasta aquí, deciros que el autor pone de manifiesto que, las personas persisten en tener un comportamiento irascible y es debido a que desean “NECESIDADES” que no tienen cubiertas. ¿Cómo es posible evidenciarlas?, mediante la  Escucha plena con la persona irascible, poniendo todos los sentidos en la conversación, dejarla que se exprese libremente.

Para integrar un aprendizaje la mejor manera es practicar, practicar y practicar …, para que aflore de forma espontánea su uso.

Os recomiendo el libro de Marshall B. Rosenberg, “Comunicación No Violenta, Un lenguaje de vida”.

 

José María Rodríguez Losada

Coach AICM Nº13145

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