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La gratitud es una fortaleza que nos ayuda a cambiar el enfoque y volver a centrarnos en lo que tenemos, en lugar de en lo que nos falta o pensar que no podremos sentirnos totalmente satisfechos hasta que se den por cumplidos todos nuestros deseos.                                                                                                                                                                                Y, aunque puede parecer algo artificial o forzado al principio, este estado mental se fortalece con el uso y la práctica. En la investigación de la psicología positiva, la gratitud se asocia con mayores niveles de felicidad y bienestar. Ayuda a que las personas podamos sentir emociones positivas, disfrutar de las buenas experiencias, mejorar la salud, lidiar con la adversidad y construir relaciones sólidas.

Etimológicamente, gratitud proviene del latín gratus, cuyo significado es, agradable o bien recibido.  Sería por lo tanto una manifestación de agradecimiento por lo que recibe un sujeto, ya sea algo tangible o intangible. Con la gratitud, las personas reconocemos la bondad en nuestras vidas. En este proceso, solemos identificar que la fuente de esa bondad que percibimos se encuentra, al menos parcialmente, fuera de nosotros mismos. Como resultado, la gratitud también nos ayuda a conectarnos con algo más grande que nosotros como individuos, ya sea con otras personas, la naturaleza o un con poder superior.

Con la gratitud, proclamamos que hay cosas buenas y positivas en el mundo, y que las hemos recibido. Y esto no quiere decir que la vida sea algo totalmente perfecto, maravilloso o idílico; no ignoramos en ningún caso las quejas, las cargas y los problemas de nuestro devenir cotidiano. Pero cuando observamos la vida en su conjunto, la gratitud nos alienta a identificar todas las cosas positivas que rodean nuestra existencia.

Del mismo modo, reconocemos que las fuentes de esa bondad recibida están fuera de nosotros, algo que implica una humilde dependencia de los demás, reconociendo así que otras personas, o incluso poderes superiores, (si eres creyente o tienes una mentalidad espiritual), nos dieron virtudes y experiencias vivenciales, para ayudarnos a encontrar la bondad y el equilibrio en nuestras vidas

La investigación señala que hay varias razones por las que la gratitud es algo tan importante:

  1. Nos permite celebrar el presente y magnifica las emociones positivas. Desgraciadamente, las emociones positivas desaparecen más rápidamente que las negativas. A nuestros sistemas emocionales les gusta la novedad y el cambio. Nos adaptamos a las circunstancias positivas de la vida para que en poco tiempo, el coche nuevo, la nueva pareja, el nuevo trabajo o la nueva vivienda, ya no sean percibidos tan nuevos y emocionantes.Pero la gratitud nos hace apreciar más el valor de lo material y lo inmaterial, y cuando apreciamos ese valor, extraemos más beneficios de ello y es menos probable que demos por sentado que las cosas no caen del cielo. Esto es algo que nos permite participar activamente en la vida, reparando más en los aspectos positivos y ensalzando las bondades del día a día. En lugar de acomodarnos plácidamente en la bondad, la celebramos y disfrutamos, convirtiéndonos en participantes activos en nuestras vidas, en lugar de simples espectadores.
  1. La gratitud bloquea las emociones negativas y tóxicas, como la envidia, el resentimiento o la ira, emociones que pueden destruir nuestra felicidad. Esto es fácilmente comprensible: no podemos sentirnos con envidia y agradecimiento al mismo tiempo, ya que son sentimientos incompatibles. Cuando estamos agradecidos, no podemos sentir envidia hacia alguien solo por tener algo que nosotros no tenemos. Los resultados de las investigaciones llevadas a cabo, sugieren que las personas que tienen altos niveles de gratitud tienen bajos niveles de resentimiento y envidia.
  1. Las personas agradecidas son más resistentes al estrés. También hay diversos estudios que muestran que, frente a traumas graves, adversidades y sufrimiento, las personas que practican la gratitud, se recuperan más rápidamente. Es posible que la gratitud nos provea de una perspectiva desde la cual podemos reinterpretar los eventos negativos de la vida, ayudándonos a protegernos mejor del estrés y la ansiedad.
  2. Las personas agradecidas tienen una mayor autoestima. Una persona agradecida, tiene la sensación de que alguien más la está cuidando, de que a alguien le preocupa su bienestar, o comprende que hay una red de relaciones, pasadas y presentes, compuesta por personas con el deseo de prestarle ayuda.Cuando reconocemos las contribuciones que otras personas han hecho a nuestra vida, dándonos cuenta de que han visto el valor que reside en nosotros, podemos transformar la forma en que nos vemos a nosotros mismos. Los beneficios de esta fortaleza, no se circunscriben únicamente al ámbito personal, sino que son también extensivos al ámbito organizacional.

Para instaurar una cultura de gratitud en la empresa, los lideres deben comenzar por dar reconocimiento y aprecio a los miembros de su equipo. Y se puede dar por establecida en la firma, cuando no sea el líder únicamente quien la aplica con sus colaboradores, sino también los propios miembros del equipo entre si. El reconocimiento es dar a conocer públicamente o en privado, de forma más personal, los logros alcanzados o la capacidad demostrada por una persona. Si bien el reconocimiento premia el desempeño y los méritos, es decir, lo que se logra como asalariado, el aprecio reconoce además el valor inherente del empleado como persona. Es la diferencia entre elogiar un récord de ventas mensual o aplaudir un espíritu atento, honesto, comprometido y servicial. Los colaboradores que reciben reconocimiento y aprecio suelen experimentar gratitud, por el bienestar y satisfacción que produce recibir algo que inicialmente no esperaban o que excede de lo que podrían esperar en un momento determinado. Esto es algo que sin duda refuerza la motivación, el compromiso y el sentido de pertenencia, mejorando notablemente la productividad y el clima laboral.

Los beneficios que aporta la gratitud se extienden tanto a quien la da, como a quien la recibe, por lo que ese ciclo virtuoso se propaga rápidamente a los demás. Y como la amabilidad, la sonrisa o el bostezo, la gratitud es también tremendamente contagiosa

Hemos visto como las personas sentimos y expresamos gratitud de múltiples formas. Podemos aplicarla al pasado (recuperando recuerdos positivos y agradeciendo acontecimientos ya vividos), al presente (celebrándolo de forma consciente y ensalzando lo positivo) y al futuro (manteniendo una actitud esperanzada y optimista).

Independientemente del nivel de gratitud que pueda presentar cualquiera de nosotros, como todas las fortalezas la podemos cultivar y desarrollar con éxito

 

La gratitud no sólo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás.
Cicerón

 

 

José Miguel Hernández Hervas

Coach AICM Nº 12141

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