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“Entender las leyes de la naturaleza no significa que seamos inmunes a sus operaciones” David Gerrold

Cada día alrededor del mundo unos 30 volcanes entran en erupción, algunos producen movimientos sísmicos, como actualmente el volcán de la isla La Palma en España, otros lo hacen sorpresivamente como el volcán Ontake, el segundo más alto de Japón,  y que en el año 2.014 sorprendió a un grupo de turistas escalando este lugar, también los hay que parecen inactivos y  los que  siempre están activos emitiendo gases en la humareda de su cráter, y expulsando lava cada cierto tiempo  como el volcán Etna de Sicilia, en Italia.

Lo paradójico es que los científicos afirman que esta actividad volcánica, a pesar de ser tan destructiva para la vida, es a la vez beneficiosa, ya que la lava y los gases que forman el llamado magma, y que es expulsado hacia el exterior, es rico en minerales que favorecen a la misma vida, siendo este uno de los motivos por el cual en la falda de los volcanes existen   poblaciones que se dedican a la agricultura.

Cuando vemos la foto de un volcán, lo distinguimos por su forma característica  de montaña, con un cráter en su cumbre, pero generalmente no sabemos qué volcán es, sin embargo, eso no ocurre con el volcán Fuji de Japón, como puede comprobar el lector en la segunda foto, tal vez porque ha inspirado a muchos artistas, y sus trabajos se han replicado en objetos para diferentes usos, mostrando la belleza del lugar en las diferentes estaciones del año y desde diferentes perspectivas, abarcando las cinco lagunas que rodean la falda de éste volcán.  El monte Fuji está situado al oeste de Tokio, entre las prefecturas de Shizuoka y Yamanashi, es la montaña más alta de Japón con 3.776 metros de altura sobre el nivel del mar, estando considerada como una montaña sagrada, porque antiguamente la población pensaba que los estruendos que salían por el cráter eran los gritos de unos dioses enfadados, por lo que construyeron templos para honrarlos. Esta montaña sagrada es un atractivo turístico, con un récord de 320.000 visitantes durante los meses de Julio y Agosto del 2010. Pero lo que más sorprende es saber que a pesar de ver una linda montaña, en realidad son tres montañas en una, conociéndose a este tipo de volcán con el nombre de estratovolcán, por estar formado como indica su nombre a partir de estratos de volcanes anteriores. La montaña que ahora vemos como el monte Fuji es la tercera formación desde hace 10.000 años, estando semiactivo y formando parte del Cinturón de fuego del Océano Pacifico.

El bello paisaje que distingue a La Montaña Sagrada de Japón, llamada también Fujiyama o Fuji san, es debido a que el gobierno se encarga de mantener esa belleza, renovando las flores que decoran su entorno según la época del año, disponiendo botes en forma cisnes en las lagunas para que los turistas naveguen por sus aguas. Durante el verano se puede ver la exhibición de enormes cisnes que llegan por su cuenta, para pasar esta época del año en Japón, existiendo también hoteles que esperan a los turistas, el teleférico, y un sin fin de infraestructuras y comodidades.

“La naturaleza no es un lugar para visitar, es el hogar” (Gary Snyder)

Mi intención al describir la enorme belleza que rodea al volcán Fuji, es hacer notar como el amor a la naturaleza genera más amor, transformándose en beneficios indiscutibles para la población del mismo país que lo genera. Pienso que sería bueno compartir con los niños los buenos ejemplos de otras civilizaciones, para que ellos puedan tener modelos y construir cuando les sea posible y en su propio país, realidades que superen a dichos modelos por el bien de ellos, del país donde viven y del mundo. Para motivar la conversación sobre el tema, les propongo armar en origami un volcán que represente la historia compartida. El origami es el arte de armar figuras de papel que beneficia positivamente el desarrollo de las funciones cerebrales, ya que ayuda a fortalecer la concentración, la observación, la creatividad, así como la motricidad fina necesaria para realizar trabajos de precisión, y que se consigue al doblar y desdoblar repetidamente el papel para lograr el diseño previsto. Para que las emociones sean positivas se recomienda que una persona mayor guie a los más pequeños. ¡Manos a la obra!

Materiales e indicaciones:

  • Una lámina de papel de 15cm. X 15cm. para el volcán y un trocito de algodón para simular el humo que sale del cráter.
  • Una lámina plateada para representar las lagunas, la cual se pegara a una base de cartón para darle firmeza y sobre la cual se pegará el volcán y el decorado con bolitas de papel de colores que serán las plantas.
  • En el proceso de armar el volcán   en la figura 14 se presionará el centro formando el cráter. En la figura 15 al cerrar los lados manteniendo la hendidura, las puntas que sobresalen en la base se doblaran hacia dentro.

 

María Mizuno

Coach AICM Nº 12154

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