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La postura corporal podría influir en nuestras decisiones

En situaciones como entrevistas laborales o reuniones importantes solemos desestimar un detalle fundamental en muchos casos: la postura corporal.

De hecho, un lenguaje del cuerpo incorrecto o la lectura equivocada de una situación pueden determinar que no obtengamos un trabajo, se desestime una propuesta realizada o el aumento de sueldo deseado quede encarpetado para otro momento.

Por esta razón, la ciencia le prestó atención a esta cuestión y buscó entender de qué manera las modificaciones en la postura corporal generan réplicas en el cerebro mediante las cuales se alterarían las emociones y los sentimientos.

¿Nos mostramos del mismo modo cuándo estamos contentos que si nos sentimos tristes?

La respuesta obviamente es no. De hecho, cuando nos sentimos de buen humor y pletóricos caminamos erguidos y abiertos, mientras que si la tristeza gobierna nuestro estado de ánimo nos desplazamos como “pollitos mojados” y cerrados, intentando que nuestra presencia pase desapercibida.

Una investigación publicada en la revista “Psicological Science” mostró cómo influye la postura a la hora de tomar decisiones. Para realizar el trabajo, los participantes elegidos se dividieron en dos grupos. Uno debía lucir un aspecto de “poder alto”, es decir, estar erguidos y abiertos, mientras que el otro todo lo contrario: una postura de “bajo poder” más sumisa, cerrada y con tendencia a ocupar menos espacio. Luego de 2 minutos de haber mostrado las distintas actitudes, los científicos les preguntaron a los implicados cómo se habían sentido y los invitaron a sumarse en actividades que implicaban apuestas. Además, les tomaron muestras de saliva. Como se esperaba, quienes debieron exhibir un tono emocional más elevado se mostraron más confiados y poderosos después de la experiencia, al mismo tiempo que arriesgaron más a la hora de apostar. “2 minutos en una postura corporal pueden generar cambios hormonales que configuran el cerebro para hacerlo positivo y cómodo o muy sujeto al estrés. Las expresiones no verbales pueden regir cómo nos vemos y mostramos”, aseguró la autora del trabajo y psicóloga Amy Cuddy.

¿Por qué se produjo esta reacción en este grupo de individuos?

La secreción de testosterona (característica en posturas dominantes) y los niveles más bajos de cortisol (hormona que producimos en situaciones de estrés) serían los culpables de las respuestas de unos y otros.

Si debemos afrontar una situación para la cual necesitamos estar fortalecidos bastaría con modificar la postura corporal.

También es importante acompañar esto con una sonrisa: el humor es otra llave-clave para potenciar el optimismo y el bienestar personal.

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Pepa González

Coach AICM Nº 12260

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