Comparte

 

“No quiero creer, quiero saber” (Carl Sagan)

Es innegable que las historias de los Objetos Voladores No Identificados, comúnmente llamados OVNI por sus siglas, resultan interesante para los niños, y porque no decirlo, también para los adultos, por esto me animé a compartir con ustedes una pequeña experiencia referente a este tema.

Era el Año 1966, vivíamos en una zona nueva de mi ciudad poco habitada, pudiéndose ver el mar que distaba a unos 30 minutos en auto y las islas Ferrol, que para llegar a ellas significaba una hora de recorrido en barco. Siendo las 16 h. y con el cielo despejado, salimos mi madre, mis dos hermanas y yo a comprar a la tienda más cercana de mi casa, que estaba a unos 15 minutos caminando, era un recorrido de espacios libres, con pistas y veredas. Cuando volvíamos de la tienda, mi madre nos alarmó diciendo ¡Qué estrella tan grande!, la estrella estaba en el cielo a la altura de las islas, nos quedamos quietas mirándola, pero empezó a moverse ¿eh?, y venia hacia tierra, mi madre asustada nos dijo, ¡corramos…, que miedo!  Así que empezamos a correr en sentido contrario, mientras corríamos mi hermana mayor y yo mirábamos la estrella, que en menos de cinco minutos se detuvo frente a nosotras, obviamente estaba muy alta en el cielo, su dimensión se veía de unos 20 cm. de diámetro, y mi mama seguía gritando ¡no paren! Pero la estrella después de pocos segundos de estar quieta se dirigió otra vez hacia el mar, en el momento del giro, vi la famosa forma de platillo inclinada por la maniobra, otra vez la luz intensa cubrió su forma y la estrella se fue por donde vino, dejamos de correr y después de reaccionar comentamos lo sucedido entre nosotras, ya que no había nadie en las calles. No escuchamos nada por los medios de comunicación, pero la escena se quedó grabada en nuestras mentes.

La ciencia, nos explica que las personas cuando se ven expuestas a hechos poco frecuentes, la mente intenta dar una explicación completando las escenas que faltan para darle un sentido a la experiencia, aunque yo recuerdo lo que vi, en este caso tal vez la forma del objeto fue producto de mi mente, pero la estrella fue real. Esta sorpresa en el cielo nos causó dos emociones, la primera fue la sorpresa en sí que nos paralizó, y al no encontrar la congruencia con lo conocido surgió el miedo que nos impulsó a la huida. Pienso que si hubiésemos sabido canalizar estas emociones la experiencia hubiera sido diferente.

La Agrupación Astronómica Cántabra (AstroCantabria) de España, nos dice que han observado muchos fenómenos que la gente manifiesta haber visto, pero todos tienen una explicación lógica, elaborando una guía para evaluar situaciones que percibimos, y así poder encontrar una explicación real.  Según dicha Agrupación no existen las visitas extraterrestres, sin embargo, siempre quedará la pregunta que los científicos de todas las épocas se han cuestionado, ¿será posible que en un universo tan grande seamos los únicos seres superiores que existimos?, ¿Qué opina el lector?

“Si todos los sitios a los que tenemos acceso están llenos de seres vivos, ¿Por qué todos esos inmensos espacios del cielo sobre las nubes serían incapaces de tener habitantes?” (Isaac Newton).

Los temas de ciencia ficción, además de entretener a los niños les despierta su curiosidad, muy útil para que surja la motivación hacia la investigación, el querer saber más; tal vez el lector también ha tenido su experiencia cercana, y se anime a compartirla con sus niños, mientras realizan un platillo volador en origami. El origami es el arte de armar figuras de papel, siguiendo los trazos que se marcan para el objetivo del diseño. Al realizar los movimientos de la mano y los dedos se fortalece la motricidad fina, necesaria para realizar trabajos de precisión, y se desarrolla la concentración, la creatividad y el sentimiento de triunfo al lograr la meta, según su nivel de desarrollo, por eso es necesario que una persona mayor los guíe para obtener los resultados deseados.

Materiales: Una lámina de papel de 15 cm. x 15 cm. y rotuladores para colorear o papel de colores cortado para representar las luces, como se ve en la muestra.

Indicaciones: En la pieza Nº 7, se doblarán todas las puntas para darle una forma circular, por lo que se deben marcar bien, luego se estiran las patitas. Para hacerlo volar, se sujeta por uno de los lados y se realiza un movimiento giratorio con la mano hacia fuera, esto requiere de práctica e invita a las competencias… ¡manos a la obra!

 

 

María Mizuno

Coach AICM Nº 12154

 

Más información de la autora aquí