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Hoy quiero hablar de algo que todos llevamos con nosotros: la memoria del dolor.

Las experiencias que vivimos a lo largo de la vida nos dejan huellas, y algunas de ellas pueden ser dolorosas.

Estas huellas a menudo nos llevan a sentir miedo cuando enfrentamos nuevas situaciones, protegiéndonos con la idea de que podríamos volver a ser heridos.

Es importante que sepas que, aunque siempre recordarás, no tienes por qué sentir dolor al hacerlo. Puedes mirar tu pasado de una manera nueva, con una perspectiva que te permita recuperar la confianza.

¿Cómo puedes hacerlo?

1.- Reconoce y acepta tus heridas. No las ignores ni las minimices. Reconocer tu dolor es el primer paso hacia la sanación.

2.- Practica el perdón, tanto hacia los demás como hacia ti mismo. El perdón no significa olvidar, sino liberarte del peso que llevas.

3.- Busca apoyo en personas que te quieran y te comprendan. No tienes que hacer este viaje solo.

Poco a poco, irás aprendiendo a caminar de nuevo y a dejar que tu corazón vuelva a latir con alegría.

Recuerda que eres más fuerte de lo que crees y que cada día es una nueva oportunidad para sanar y crecer.

Confía en ti mismo y en el proceso. Tu pasado no define tu futuro, y la alegría es algo que puedes recuperar.

¿Cuál ha sido tu experiencia con la memoria del dolor y cómo has logrado superarla?

 

Maria Luisa Aguado Lillo

Coach AICM Nº13271

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